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Algunos
tienen buena jaula, pero malos pájaros.
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A
quien has de acallar, has de halagar.
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A
quien tienes que dar la cena, no le quites la merienda.
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Alabanza
propia, mentira clara.
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Al
comer chorizos, llaman buenos oficios.
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Al
amigo que en apuro está, no mañana, sino ya.
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Amores
nuevos olvidan los viejos.
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Agosto,
frío el rostro.
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A
poco pan, tomar primero.
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Agua
de sierra, y sombra de piedra.
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Al
que toma y no da, el diablo se lo llevará.
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Amor
de madre, que todo lo demás es aire.
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A
quien amasa y cuece, muchas cosas le acontecen.
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Aullar
contra el ciervo, perder voces y tiempo.
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A
hombre de dos caras, rayo que lo parta.
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Al
marido, amarle como amigo, y tenerle como enemigo.
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Aunque
las sillas hayan cambiado, los asnos siguen siendo los mismos.
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Amigo
sin dinero, eso quiero; que dinero sin amigo, a veces no vale
un higo.
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A
palabras necias, oídos sordos.
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A
falta de pan, buenas son tortas.
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Aunque
la mona vista de seda, mona se queda.
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Agua
que no has de beber, déjala correr.
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Al
bien, buscarlo, al mal espantarlo.
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A
borrico desconocido, no le toques la oreja.
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A
grandes males, grandes remedios.
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Arco
iris al mediodía, llueve todo el día.
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A
caballo regalado, no le mires e dentado.
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A
la cama no te irás sin saber una cosa más.
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Al
revés te lo digo para que me entiendas.
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A
quien le dan el pie, se toma la mano.
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A
río revuelto, ganancia de pescadores.
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Abriga
bien el pellejo si quieres llegar a viejo.
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A
falta de caballos, troten los asnos.
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Agua
en ayunas, o mucha o ninguna.
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Agua
que haya de beber, no la enturbiaré.
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Amistad
por interés, no dura porque no lo es.
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Amistad
fuerte, llega más allá de la muerte.
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Arco
en el cielo, agua en el suelo.
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Arco
iris al amanecer, agua antes del anochecer.
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Al
hombre osado, la fortuna le da la mano.
