Los nacidos bajo este signo poseen una doble y mutable
naturaleza representada o por la simbología estacional,
que indica el paso de una estación a otra, o por la
figura mitológica, mitad hombre y mitad caballo. El
Sagitario está dominado por el deseo de cambio para
conquistar situaciones siempre distintas y vivirlas
con alegría.
Las disposiciones extremas de este signo doble son muy
acentuadas: Si el tema es armónico en su carta natal,
el sujeto tiende hacia un conformismo confortable; adaptado,
asimila las buenas maneras, se conforma a las costumbres
establecidas, es partidario de la legalidad, del orden
y las convenciones sociales, es un ser abierto, eufórico,
que se sabe móver, recto, leal, caballeroso, amante
del prestigio y la honorabilidad.
Si el tema es disonante en su carta natal, tiende a
la independencia extravagante, a la rebelión. Instintivamente,
se levanta contra las reglas de su medio y se comporta
como un inadaptado que rompe las ataduras. Su necesidad
de emancipación domina ante todo. Voluntad insurreccional
contra las costumbres, lugares comunes y prejuicios;
pasiones imperiosas, impulsos audaces, coces fogosas
de un pura sangre...
Según como se expresa en su entorno: Si es extrovertido,
tiende a la aventura en su relación con el mundo; es
un atleta, un deportista, un temperamento nómada, que
ante todo posee la pasión por los viajes, expíorador
a la búsqueda de nuevos horizontes, llevado siempre
hacia un más allá...
Si es introvertido, lo que domina es la aventura hacia
el encuentro de sí mismo, buscando este más allá al
que aspira en su interior, en el anhelo de formas morales
y espirituales mas elevadas. Su impulso se dirige hacia
el conocimiento, la cultura, la religión, la perfección
de sí mismo; apunta hacia un ideal, una sabiduría al
final de su viaje interior.
Su inquietud le lleva a desear expansionarse, evadirse
no físicamente de su propia familia, de su ambiente
y, a menudo, de la patria, también a desear elevarse
espiritualmente, trascender su propia subjetividad y
conseguir un alto nivel de espiritualidad. Sólo la carta
natal puede revelar la orientación que tomará su personalidad.
Cuando los aspectos son en su mayor parte armonicos,
conforma individuos respetuosos de las reglas con un
comportamiento fundamentalmente honesto y sereno, siempre
a la búsqueda de ambientes confortables y seguros. La
inteligencia puede ser, en estos casos, un poco ingenua
y dirigida hacia lo novedoso, pero sin la fuerza revolucionaria
de Escorpio.
Sagitario de este tipo es un exuberante, un entusiasta
dispuesto a cambiar de lugar y de acción, amante de
la aventura, de los deportes, de los viajes, sobre todo
a países lejanos, donde el contacto con razas y culturas
distintas satisface su sed de novedad. Este signo corresponde
a la novena casa del Zodíaco, que representa el desapego
del ambiente inmediato (representado por su casa opuesta,
la tercera) y la aspiración hacia horizontes más amplios
tanto físicos como mentales. A pesar de su inquietud,
Sagitario es básicamente un individuo respetuoso de
las convenciones y costumbres sociales, que pondera
en su medida tanto el prestigio como la respetabilidad.
Sólo con posiciones fuertemente disonantes de Júpiter
pueden aparecer sujetos rebeldes, desordenados y sin
claridad de ideas. Pero en general los sagitarianos
son personas joviales, serenas, que pretenden conseguir
sus objetivos con ideas innovadoras, pero no demasiado
revolucionarias o destructivas.
Cuando los dos elementos opuestos del signo, lo animal
y lo espiritual, consiguen fundirse equilibradamente,
dan individuos completos, ya que todos los componentes
del ser humano están armónicamente representados y realizados.
En este signo pueden encontrarse sujetos, que, por posibilidad
de síntesis del dualismo inherente en la naturaleza
humana, pueden representar mejor que los demás al hombre
en su compleja realidad |