El domicilio de la Luna y la exaltación de Júpiter,hacen
del nacido en este signo un receptivo, pasivo y sensible.
Ligado a la madre y a la familia de origen se siente
siempre atado a la infancia, al pasado, a los recuerdos.
Con esfuerzo (y no siempre) es capaz de cortar el cordón
umbilical y vivir de forma autónoma su propia vida.
El carácter tiende a ser melancólico, introvertido,
con miedo al futuro, que es vivido siempre como lo desconocido
angustioso. Por esto el Cáncer prefiere la seguridad
del pasado y se aferra a la tradición y a la familia.
La falta de agresividad (caída de Marte) le hace poco
inclinado a tomar iniciativas y a dejarse arrastrar
por la acción. El mundo de la realidad le atemoriza
y ama refugiarse en el ensueño y en la fantasía. No
posee el espíritu temerario de Aries ni la alegre inconsciencia
de Géminis, pero suple estas faltas con una profunda
intuición v una afinada sensibilidad, que le permite
igualmente alcanzar sus metas.
Condicionado por la Luna y su elemento, el agua, Cáncer
se caracteriza por su humor inestable, inquieto, y por
una continua alternancia de momentos de introversión
y de entusiasmo. Susceptible y muv vulnerable, si es
herido en su sensibilidad se cierra inmediatamente en
su concha. El cangrejo cubierto por su resistente caparazón
y siempre alerta para huir ante el peligro expresa perfectamente
el carácter del signo.
El complejo materno constituye la trama de la psique
de este tipo, próximo a su sensibilidad cenestésica,
a su vida vegetativa; da la impresión de permanecer
en la infancia, de vivir en su concha, de refugiarse
en su pasado. De esta forma se encuentra inclinado a
identificarse con su madre, a apegarse a su familia,
a su infancia, a los recuerdos, prefiriendo lo de adentro
a lo de afuera, lo interior a lo exterior, lo íntimo
a lo social. Es un soñador, un sentimental, un sensible,
un imaginativo, inclinado a lo esquizoide, al autismo,
a la sumisión pasiva y femenina, en primer lugar a la
madre y después al mundo.
Es, al mismo tiempo, un introvertido un Narciso,
contemplativo, lírico, imbuido del sentimiento de su
persona,soñando su vida o viviendo su sueño. Es, también,
un elegíaco, un romántico que ama lo maravilloso, lo
fantástico, los cuentos de hadas.
El hombre Cáncer tiene una compleja vida afectiva: aterrado
a la madre, ésta le arrastra hasta el punto de complicar
de forma a menudo dramática toda relación con el otro
sexo. La componente lunar le hace necesitar la paz doméstica.
La madre significa para él la dulzura de la infancia,
la seguridad del claustro materno, mientras que otra
mujer representa lo desconócido, y por esto mismo el
peligro. Inestabilidad, temor y angustia caracterizan
su vida sentimental; incluso si toma conciencia y se
rebela contra la figura materna, quedará siempre en
la base de cada relación una cierta conflictividad y
competitividad hacia la compañera, ya que el hombre
Cáncer desea una eterna repetición de la relación con
la madre protectora, que acepta todo sin pedir nada
a cambio.
Se presentan dos tipos distintos de tendencia en su
destino: -Uno dominado por el humor sedentario e inclinado
a una vida estable, siendo el individuo un alma simple,
de naturaleza buenaza, tranquila, familiar, casera,
sin pasiones aparentes. Ser hecho para la vida interior,
moviéndose poco y con tendencia a la fijación, se encuentra
tanto apegado a su familia, a su casa, a su país, a
sus cuatro muros como a las realidades materiales.
El otro es un ser de humor peregrino y vida inestable;
es una naturaleza errante, sobreexcitada, desapegada
de la realidad prosaica, desprovista de sentido práctico,
al margen de las normas. Ser extraño, caprichoso, extravagante,
complicado, cautivador, llama efímera, entregado a la
vida bohemia o a la licenciosa, sin hogar, domicilio
ni medio fijo, sin familia, entre ángel y demonio...
|